lunes, 11 de abril de 2016

Continente sin contenido.

La distancia que separa Oporto y Lisboa tiene muchos brotes verdes, esos de los que tanto hemos oído hablar en la televisión, y que al final su ausencia, nos ha pasado factura a todos, incluidos a tí y a mí.
Desde arriba todo se ve mejor, ahora vuelo alto, vuelvo a ser yo.
Quiero aprender a tocar la guitarra, o en su defecto vivir con alguien que la toque.
Sangrar melodías mediocres acompañadas de nuestra voz entre semana, y beber en vino en copa, como los señores de maletín y mocasines.
Apaga el fuego de tu soledad. Pronto dejarás de escuchar de fondo el sonido de tú voz contra mi voz.
Yo seguiré enganchado, más yonki cada vez de esta ambición que me hace sentir vivo.
Sin ambición la vida para mí no tiene sentido, pero sin tí si.