viernes, 28 de septiembre de 2012

Desconectada

El día que todo reventó. 

El día que decidí que ya no podía seguir buscandote por el centro y las afueras de la ciudad, fue esa misma noche en la que sentí que los gatos cuchicheaban a mis espaldas que nunca te encontraría.Cansada de dormir en portales y compartir mi pena con cualquiera que me escuchara. Pensarte me quema, me quema por dentro más que beberme un trago de alcohol de curar. Un infierno. Como si fuera un lunes por la mañana sin ilusión. Como si un niño me hubiera borrado la sonrisa al mismo tiempo que borraba su dibujo. Escribo frases sueltas, no tengo nexos de unión. No quiero que nadie me consuele, no hay consuelo para que tú siempre seas negra y yo siempre blanco.

Cada vez más perra, mojada en alcohol, decidí llenar la bañera un poco mas de lo habitual, me senté dentro, y sumergí la cabeza entre mis piernas con la única idea de salir en el telediario de las nueve de la noche, para que el morboso público degustara otro suicidio, y debatieran en familia cual fue la causa que me llevó a sumergirme. 





Acabar con la mediocridad de vivir pensando en tí.