...como las noches en las que nos quedábamos afónicos de tanto cantar canciones en inglés en medio del campo, con las estrellas como único público, o como las tardes de verano en Segovia en las que jugabamos a "atropellar" charcos con las bicicletas, o como las mañanas en que me traías tostadas y humeante café a la cama, el cual casi siempre se enfriaba mientras contemplaba atónito nuestra íntima colección de abrazos y caricias.
Soy un tio optimista, me gusta quedarme con lo positivo de las cosas/relaciones/asuntos varios de que vale quedarse con lo malo/enfados/discusiones?
De nada, no vale de nada, te intenté decir esto una vez, quizás no era el momento mas propicio, recuerdo como las lágrimas resbalaban por tu mejilla, y recibí un explícito y claro: "mira niño, vete a la mierda y no me vengas con optismismos".
Sin duda alguna, una expresion lejana a la elegancia a la que me tenias acostumbrado.